El recorrido para llegar al Resguardo de Quichaya es hermoso, aunque el
camino es “largo y culebrero” como saben decir las lenguas populares, uno
disfruta de unos paisajes inolvidables, primero el gran cerro de El Peñol,
límites entre el resguardo de Guambia y el Resguardo de Pitayó, cultivos de
Papa, Huertas, cultivos de Maíz, gente Misak, gente Nasa, casitas de barro con
sus techos aun de barro, otras con sus techos de zinc, cruces de caminos para
uno y otra vereda…luego descolgarse hacia Quichaya pasando por la vereda
golondrinas y allí ver el pueblito abajo y al frente un mar de montañas, al
fondo la cordillera occidental y más arriba un cielo infinito con una luz
memorable. Bajar hacia Quichaya es recordar amigos, compañeras y compañeros con
los que hemos venido trabajando y recordamos con mucho cariño.

Por ese mismo cariño y el trabajo realizado en el 2013 con el proyecto
“Mochila Viajera” de promoción de lectura y escritura es que surge la idea de
realizar una donación de libros a algunas escuelas de Quichaya. Realmente la
idea de la donación fue como una bola de nieve que fue creciendo y creciendo,
no solo en cuanto a los libros que se juntaron, sino a las relaciones que
tejimos con las personas que realizaron esta donación. Fueron cuatro mujeres
quienes apoyaron esta iniciativa: María del Sol Peralta, Irene Vasco, Laura
Ortiz y Daysi Alayon y sus estudiantes del Gimnasio Femenino. Ellas nos han
enseñado que se pueden tejer lazos solidarios para lograr un fin común y
comunitario.
En total recogimos más de 170 libros, además de juguetes y decidimos
llevarlas a tres escuelas del resguardo de Quichaya, pues por un lado vimos que
en esos tres lugares era donde había más necesidad, pero también por razones de
cariño y aprecio las escogimos.
La primera escuela en recibir la donación fue el Centro Educativo Las Dantas
en donde encontramos a unos niños bien despiertos gracias al trabajo que ha
realizado la profe Marleny. Es una persona entregada a su trabajo y
comprometida con la comunidad, preocupada por su labor pedagógica y quien nos
acogió, escuchó, preguntó, debatió y enamoró. Entregamos 52 libros y algunos
juguetes como títeres, rompecabeza, peluches; leímos cuentos y cristian, uno de
los estudiantes nos compartió un libro de historias que está escribiendo, que
según nos contó la profe, le quedó gustando el arte de escribir después de que
realizamos los talleres en el 2013, parece que algunita semilla dejamos
sembrada en esos corazones.

Luego, alcanzamos a entregar otros 52 libros en el Centro Educativo El
Cabuyal, los niños y la profe estaban contentos, en ambas escuelas propusimos
que con este impulsito se creara una biblioteca comunitaria de la vereda, para
que usaran los niños, pero también jóvenes y adultos de la comunidad. Sabemos
que esto es solo un inicio de un proceso más largo que hay que seguir apoyando.
La tercera escuela en recibir la donación fue el Centro Educativo El
Palmar. Los docentes y niños estaban contentos e impresionados. En las tres
escuelas los niños y niñas comenzaron a ver los libros muy emocionados, es como
llevar un mundo nuevo a estos lugares, es como ofrecer muchos mundos para que
dialoguen con el pensamiento Nasa y nada mejor que los libros para imaginarnos
otros mundos posibles.
En la donación no solo hay libros para niños, también hay literatura
juvenil, literatura para adultos, libros y textos que reflexionan sobre el
quehacer pedagógico y la importancia de la lectura en la escuela, sobre
metodologías lúdicas para promover la lectura y la escritura, encontramos
también libros para jugar, revistas literarias, enciclopedias, libros juguete,
en fin, una gran riqueza y variedad que esperamos de un impulso a niños,
docentes y comunidad para disfrutar la de la lectura y conocer nuevos y
desconocidos mundos a través de estos libros. Esto es solo un comienzo esperamos seguir uniendo lazos solidarios que se sumen a esta iniciativa, ¡todos invitados!
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